La Madre Monte Historia de Terror

La Madre Monte Historia de Terror

Esta historia que les voy a contar le sucedió a mi abuelo La Madre Monte Historia de Terror. Todo sucedió cuando mis abuelos se mudaron a una aislada casa que quedaba lejos del pueblo, mis abuelos tenían 5 hijos, 3 mujeres (una de ellas mi mamá) y 2 hombres. Mi abuelo era un humilde campesino que cultivaba ciertos productos para venderlos al pueblo y mantener a la familia, mientras mi abuela se dedicaba a los deberes de la casa. Mis abuelos estaban muy contentos por su nueva casa, pues las tierras eran muy grandes, el patio de ellos solía dar unos frutos muy jugosos, aparte de que tenían un arroyo cerca y caños caudalosos. Un día, el hermano mayor de mi mamá fue a cortar unos mangos que estaban cerca del arroyo, se subió al árbol para intentar alcanzarlos y de pronto, escuchó él gritó de mujer hacia lo lejos que decía: “espérame, no te vayas”, parecía estar pérdida. Mi tío decidió trepar un poco más alto el árbol para ver de quien se trataba, pero no había nadie más alrededor, se asustó tanto que prefirió dejar los mangos e irse corriendo de allí. Cuando entró a la casa, asustado le contó a mi abuela, ella no supo qué decirle, aparte no pensó que fuera algo grave, pues probablemente en el ángulo donde estaba mi tío, no se veía la mujer. Al llegar mi abuelo también se lo platicó, él solo le dijo: “estás viendo, por tu mal comportamiento, a lo mejor seguro fue la madre monté que te quería llevar”. Unos días después de lo sucedido, mi mamá salió a jugar con sus dos hermanas hacia atrás del patio, donde jugaban a las escondidas. Una de ellas decidió esconderse aún más lejos de donde estaban, en unos frondosos árboles se agachó para que nadie pudiera verla, pero al pasar unos minutos de no ser encontrada decidió mejor salirse de ahí y acercarse un poco más. Mientras caminaba de regreso algo llamó su atención cerca de un barranco, pues pareciera ser que había como un peluche o algo parecido enterrado en la arena, se acercó para poder apreciar mejor y quedó impactada al ver lo que realmente era, pues eran los huesos de una mano de mujer, con uñas largas y parte de ella con piel humana echada a perder. Salió corriendo aterrada y llorando, contándole a mi abuela lo que había visto. Mi abuela salió para asegurarse, pues tal vez su hija se había equivocado, pero al llegar vio que era cierto, realmente había una mano enterrada. Mi abuela asustada decidió encerrarse con sus hijos hasta que llegara mi abuelo y decirle, pero lo más extraño era que mi abuelo aún no llegaba a pesar de que era muy tarde, pues siempre acostumbraba a llegar a la hora del almuerzo. La oscura noche empezó a caer y aún no había señales de mi abuelo. Mi abuela comenzó a preocuparse por él y decidió rezar, así estuvo toda la noche. Al amanecer, mi abuela escuchó unos golpes en la puerta de la entrada, corrió rápidamente para abrir, y al hacerlo, milagrosamente era mi abuelo. Tenía la cara pálida, estaba lleno de tierra y toda su ropa rota, tenía arañazos por todos lados y de lo asustado que llegó no podía ni hablar. Mi abuela al verlo así comenzó muy desesperada a interrogarlo y le puso agua tibia en sus heridas. Mi abuelo se fue tranquilizando y pudo contarle lo que le había pasado. Él dice que mientras caminaba de regreso a su casa, a lo lejos vio a una mujer llorando, tirada en el suelo, la mujer vestía de verde. Se acercó un poco para ver lo que le sucedía y le preguntó si necesitaba algo, pero la extraña mujer no respondía simplemente se levantó y comenzó a caminar. Mi abuelo iba tras ella con el temor que la mujer fuera a desmayarse o se sintiera mal. La siguió hasta casi dentro de una montaña, la mujer se paró justo delante de mi abuelo y volteó su cara para verlo. Cuando lo hizo mi abuelo quedó en shock, pasmado por el escalofriante aspecto de la mujer, dice que parecía un horrible monstruo, no tenía ojos y comenzó a reírse con una risa espeluznante, mi abuelo se asustó tanto que se desmayó. Cuando reaccionó ya no estaba la mujer, pero mi abuelo estaba en una zarza llena de espinas, estaba todo rasguñado. Después de lo sucedido, una anciana que era la vecina de ellos más cercana, les contó a mis abuelos que en esa casa vivió una pareja, y decían que la mujer le fue infiel a su esposo tantas veces, que su marido al descubrirlo terminó asesinándola y enterrándola atrás del patio donde después habitaron mis abuelos. Al escuchar todo esto mis abuelos decidieron cambiarse de casa y solo se quedaron con la horrible experiencia. Fue así que la madre Monte, casi se lleva a mi abuelo.
 
Autor: Anónimo
Derechos Reservados

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