Alguien Está Conmigo Historia de Terror

Alguien Está Conmigo Historia de Terror

Este es un relato propio, actualmente tengo 21 años y soy originaria del estado de Chiapas. Todo comenzó a manifestarse cuando tenía 17 años, faltaban dos meses para que cumpliera los 18 Alguien Está Conmigo Historia de Terror. Un día iba a un concierto junto con una amiga, por lo tanto, ella estaba en mi casa para arreglarnos juntas, estábamos solas y esa tarde llovía mucho, no habíamos ido a la escuela porque teníamos que viajar al lugar donde sería la presentación. En un momento, yo estaba sentada en el sofá de mi casa y a unos cuantos metros, estaba mi compañera usando la computadora, comencé a sentir esa sensación extraña de que alguien más estaba con nosotras y como si nos observaran; era un tanto incómodo, pero no tomé tanta importancia, pues solo era una horrible sensación. De pronto, algo atrajo mi atención en dirección hacia la cocina y al voltear vi una espeluznante sombra moverse. Me quedé en silencio y traté de guardar la calma, aunque por dentro sentía miedo, le dije a mi amiga lo que estaba sintiendo e incluso lo que veía, mi amiga se sorprendió y hasta me dijo: “¿también tú lo sientes?”. Sinceramente, me desconcertó su pregunta, pero preferí no hablar del tema pues estábamos solas, y tenía miedo, solo le dije: “Ya no hay que hablar de esto”. Al siguiente día, estábamos de regreso, fuimos a la prepa, era un día común. Por la noche mi amiga llegó a mi casa por unas cosas que había olvidado el día anterior, me comentó unos horribles sucesos que había entre su familia; pues resulta que, a su mamá, hermana menor y a ella, las habían estado trabajando con magia negra. Su mamá presentaba moretones muy feos en la ingle y gran parte de las piernas, su hermana, el día anterior que nos fuimos al concierto, había despertado llorando de dolor en la madrugada, a causa de una herida en la pierna, que por cierto no supieron cómo se lo había hecho. Supieron esto porque su abuela materna trabaja con magia blanca y pudo saber quién estaba haciendo los trabajos, era su abuela paterna quien trabaja con la magia contraria. Me dijo que su abuela le advirtió que podría llegar a afectar a las personas muy cercanas a ellas, y en ese momento éramos muy buenas amigas, cada fin de semana se quedaba a dormir en mi casa. Me dijo que, si veía o sentía algo, o alguien me molestaba, solo dijera: “Tochito, tochito, ven conmigo” (haciendo referencia al niño de atocha). No puedo negar que al decirme eso sentí escalofríos. Pasaron quizás dos días, en los que escuchaba ruidos entre las paredes de mi casa, aún más cuando yo estaba sola, e incluso, alguna vez llegué a escuchar una voz decir mi nombre. Después de esos días que comenzaron esos extraños sucesos, también comencé a experimentar la famosa parálisis del sueño (se me subía el muerto). La misma sombra que vi con anterioridad, la vi escurriéndose sobre la cama, yo solo me tapaba aterrada y podía escuchar como se reía, pero no podía ver su rostro, sentía su cuerpo tan pesado sobre el mío. La segunda vez, solo sentía a alguien sobre mi cuerpo, pero esa ocasión logré despertar rápido, era de madrugada y solo me levanté a sentarme en el sofá, hasta las 9 de la mañana que me sentí más segura me fui a dormir. Hubo una tercera vez y fue quizás la más fea de mis experiencias con la parálisis. No había estado durmiendo muchas horas en esos días, así que el sueño me vencía, recuerdo que mi hermano estaba en casa y llegaron dos amigos más, pues estaban estudiando para la universidad. Ellos no durmieron, se quedaron hasta tarde para hacer sus trabajos. Mi hermano sabía lo que me había estado sucediendo, de hecho, él tiene experiencias con la parálisis también. Me dijo: “Acuéstate en el sofá, estaré aquí y no te va a pasar nada”. Me quedé un rato, pero me resultaba un poco incómodo así que decidí dormir mejor en mi cama, apenas llegué a mi cuarto y me quedé dormida. No sé si fue al momento, pasaron minutos u horas, pero estaba acostada boca abajo y sentí perfectamente el momento en el que alguien pesado cayó sobre mi espalda y comenzó a forzar mi brasier para quitármelo, muy desesperadamente. Mi cuerpo estaba paralizado, por más que intentaba despertar no podía, intentaba moverme y gritar por ayuda, pero era inútil, recordé la frase que mi amiga me había sugerido, al momento de decirla las cosas se calmaron y pude moverme, estaba muy agitada y asustada de lo que había pasado pues nunca me había sucedido algo similar. Esa noche no volví a dormir… Al día siguiente alguien de mi confianza, pudo ver como tenía la espalda marcada con aruños. Después de este suceso, sentía la presencia aún más constante, amanecía con moretones morados por el cuerpo, en especial, en las piernas. Una noche vi una sombra pasar por afuera de mi habitación, segundos después llegó mi hermano a mi cuarto, cuando entró yo me asusté pues recién había visto la sombra, me dijo que había visto una sombra pasar flotando afuera de mi cuarto y yo le contesté que también lo había visto, salimos juntos a ver, pero no había nadie. Teníamos un perro, era muy cariñoso y muy apegado a mí, pero en ese momento qué sucedió lo de la sombra, se escondió, y no precisamente por el ser que había aparecido sino que se escondió de mí, no me volteaba ni a ver, yo me acercaba y mi perro huía. Volví a amanecer con moretones y el ambiente de mi cuarto se sentía tan pesado, que llegó un punto en el que ni siquiera podía dormir ahí, por lo general me quedaba en el sofá, ya que no quería ni pararme en mi cuarto, porque sentía un ambiente muy feo. Después de eso, un día regresaba de la escuela hacia mi casa y tomé un camino diferente para llegar más rápido según yo. Cuando iba en camino pasé por una tienda que atrajo mi atención. Era una tienda donde venden velas y cosas para ofrendas, brujería, etc. En la entrada había una santa muerte blanca, no sé porque sentía que ese lugar lo conocía desde antes, aunque fuera la primera vez que me paraba ahí. Recordé que en alguna vez había tenido un sueño con la misma santa, en el mismo lugar, yo me sentía atraída por ella en el sueño, hasta arreglé su altar, ella poseía un vestido color rojo muy brillante, así que su altar fue del mismo color. Juro que nunca había pasado por ese lugar, hasta ese día, me desconcertó mucho que estaba en el mismo sitio de mi sueño y con la misma santa; sin embargo, no tuve miedo ni tampoco rechazo, el hecho de que exista, siempre he tenido respeto. Actualmente vivo con otra compañera, en un pequeño departamento, sinceramente cuando llegué, el ambiente fue muy tranquilo y me inspiró confianza, hasta hace un mes he vuelto a ver y a sentir a esa extraña presencia. Llegué a la conclusión de que tal vez soy yo la del problema, alguien siempre está conmigo, me deja marcas y me molesta, no siento que sea algo bueno. Hace una semana escuché ruidos en la cocina, al llegar ahí para ver de qué se trataba vi a un niño correr y desaparecer, parecía un niño de aproximadamente 7 años. Quizás se pregunten, ¿por qué no le comentó a alguien o busco ayuda? Mi papá no cree en ese tipo de cosas, me toma a loca, mi mamá no sabe que creer, pero tampoco le toma importancia. Así que por esta razón no he hecho algo al respecto. Solo algunas personas me creen porque han visto mis mar
cas o la preocupación que me da todo esto. Mi mamá lo único que me dijo fue que cuando estaba pequeña, un señor me curó de un mal de ojo muy fuerte, y cuando terminó, le dijo que yo traía mesa; pero aun así no lo cree cierto. Hace poco también comencé a sentir un vacío en mí y mucha tristeza al despertar, después de sentir eso por algunos días, alguien cercano a mi familia falleció. He visto muchas cosas en mi casa, en casa de mis abuelos y en otras más; pero solo yo las veo, nadie más.

 
Autor: Anónimo
Derechos Reservados

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