El Nahual Fronterizo Historia de Terror

El Nahual Fronterizo Historia de Terror

Estuve preso en Estados Unidos por cruzar ilegales por el Río Bravo El Nahual Fronterizo Historia de Terror, cuando salí y fui regresado para México decidí que ya no haría viajes por el río, así que me fui a Sonora, para cruzar gente por el desierto.

La ventaja de andar en estos trabajo es que uno cobra lo que quiere, a la persona le sacas todo el dinero que puedas, pues hay que pagar a los tráileres que los van a mover desde la frontera sur hasta acá, hay que pagarles la cuota a los narcos, hay que traer dinero para los sobornos, y aparte yo debo ganar dinero, así que mis servicios no son nada barato.
Mis precios, al igual que todo, suben cada año, cuando empecé cobraba mil dólares por sacarlos de sus países en Centro América y traerlos hasta la frontera y cuatro mil dólares por atravesar el desierto.
Actualmente, cobro unos 20 mil dólares por todo el viaje. La forma de pago siempre ha sido la misma, si la persona que quiere cruzar la frontera tiene familiares en Estados Unidos a mí me paga el 60% antes de iniciar el viaje y el resto lo cobro cuando dejo a la persona con su familiar. En caso de que la persona no tenga familia del otro lado me tiene que pagar el 100% antes de cruzar el desierto.
Una realidad es que no todas las personas logran sobrevivir al viaje, por eso yo cobro antes de sacarlos de sus países, pues hay gente que ni siquiera llega a la frontera, hay accidentes en la carretera, puede haber problemas con el ejército o con los carteles, pueden caer en manos de traficantes de personas o vendedores de órganos, uno nunca sabe, así que es mejor siempre asegurar el dineroF.
Si la persona no sobrevive al viaje no hay devoluciones, si los pesca la patrulla fronteriza no hay devoluciones, es más, a veces me ha tocado cruzar familias completas que llevan hasta a los niños. Una familia de 5 personas puede llegar a pagar hasta 60 mil dólares antes de entrar en el desierto, y si solo sobrevive uno pues yo conservo los 60 mil, además de que cobro el dinero restante de la persona que, si logró cruzar, como dije, el pago es por persona, aunque vayan en grupo.
En fin, en el Desierto de Arizona existe una zona que tiene una menor presencia de la patrulla fronteriza, esto se debe a que es una zona bastante peligrosa de atravesar, pues en esa zona habita un Nahual, o como le dicen los gringos, un SkinWalker, yo cruzo por esa ruta cuando no queda de otra.
Esto que voy a relatar ocurrió allá por el 2015. Yo iba a cruzar a 11 hombres, 3 mujeres y 2 niños que iban solos, sus padres ya estaban en Estados Unidos. Hay que llevar gorras para el sol, tunas, latas de salchichas y toda el agua que puedas cargar. También llevamos un montón de bolsas negras, de esas que son para la basura, con esas bolsas armamos casas de campaña para poder descansar.
Cruzar el desierto a pie es muy complicado, hay un montón de serpientes de cascabel, gatos salvajes, y por supuesto de un tropiezo uno cae en los méndigos cactus que están atiborrados de espinas bien grandes.
Todo el rato hay que estar al pendiente de esos felinos porque cuando traen hambre son muy peligrosos así que siempre hay que estar sacándoles la vuelta, eso a veces alarga la ruta y la hace más cansada.

Luego hay zonas que son en picada, y todo el suelo está lleno de piedras y fácil tropezarse.

Al tercer día, como siempre, comenzaron los problemas, pues algunos se confiaron y llevaron poca agua, y claramente nadie quiere compartir de la suya, ya que un trago que compartas es un trago menos que tendrás.

Una cosa muy importante es que no nos podemos retrasar por ningún motivo, si alguien sufre una herida o si no puede seguirnos el paso se va a quedar a atrás, no importa que se trate de una mujer o de un niño, o te acoplas o te mueres en el desierto.
Al cuarto día ya la gente se estaba comenzando a desesperar por la escasez de agua y de comida, los tranquilicé diciéndoles que por la tarde llegaríamos a una zona donde hay galones de agua escondidos entre las rocas, era verdad.
Estábamos como a 6 kilómetros de llegar a la zona del agua cuando una de las mujeres tuvo una caída y se fracturó un pie. Pudo seguirnos el paso como por 20 minutos hasta que se quedó atrás.
Finalmente, llegamos a dónde deberían estar los galones, el problema es que los galones estaban rotos, no había agua, la patrulla fronteriza había encontrado el escondite.
No nos quedó de otra para seguir caminando, para acabarla de amolar más adelante nos detectó la patrulla fronteriza, la única manera de escapar era entrando a la zona del Nahual, así que comenzamos a correr a todo lo que da, claramente los niños se quedaron atrás.

Todos corrieron con desesperación pues sabían que si eran atrapados no solo habrían perdido el dinero que ya me habían pagado, sino que además terminarían varios meses en prisión.

Lo conseguimos, nos libramos de los gringos, ahora solo nos quedaba sobrevivir en aquella zona, atravesarla toma un día entero.

Nos tomamos un rato para descansar, no consideré que fuera momento de comentarles en qué situación de peligro nos encontrábamos.

Volvimos a retomar el paso, no pasaron ni 10 minutos cuando nos topamos con huesos de personas, la gente claramente se asustó, yo simplemente les recordé que ya no había forma de volver y si entraban en pánico terminarían muertos.
Una hora después se terminó el agua, así que decidí tomar un riesgo bastante grande, nos desviamos para ir a un charco de agua, el charco es pequeño, y el agua que está ahí tarda muchísimos días en juntarse pues viene del subsuelo, el riesgo era que ese charco es donde el Nahual toma agua.
Llegamos, todos hicieron cara de asco, pues el agua está estancada, tiene esa cosa verde que se forma con el tiempo y también olía a excremento, era del Nahual. Les dejé en claro que esa era la única fuente de agua que iba a haber hasta que saliéramos del desierto, así que si no tomaban agua era mejor que se quedaran ahí sentados porque iban a morir de deshidratación.

Un señor ya un poco grande se negó y simplemente se sentó en una roca, mientras los demás tomaban agua yo vi como con mucho dolor ese señor se quitó las botas, traía los pies destrozados, sangrando, lleno de ampollas, no continuó con nosotros.

Horas más tarde todos escuchamos un desgarrador grito, el Nahual había encontrado al don que se quedó en la roca. Nadie hizo preguntas, algunos soltaron lágrimas, más por miedo que por tristeza, pero todos seguimos adelante.
Pero durante la puesta de Sol me percaté que el Nahual nos había rodeado, nos estaba esperando en una bajada, les dije a qué pararan, yo tenía que pensar qué íbamos a hacer.
No podía ver al Nahual, pues esa cosa es del color de la arena, se camufla bastante bien, pero podía escucharlo a lo lejos, tengo el oído entrenado así que solo yo notaba el sonido, es inconfundible, es un ruido agudo y rasposo.
Alguien debía servir de carnada, había un muchacho que no tenía familia en Estados Unidos así que él ya me había pagado toda la feria, lo separé del grupo para hablar a solas. Le dije que debía distraer a un animal que podía atacarnos, le señalé dónde estaba y hacia dónde tenía que correr para librarse del animal pues le dije que esa cosa no era buena trepando, se negó al principio, le aclaré que si íbamos todos por ahí más de uno sería atacado y no tendríamos ninguna posibilidad de escapar, lo convencí cuando le dije que si lo hacía le regresaría la mitad del dinero que me había pagado. Yo sabía que iba a ser el postre del Nahual.
El muchacho comenzó a ir rumbo al Nahual, cuando ya estaba lejos de nosotros les dije a los demás que había llegado el momento crucial, que si lográbamos escapar ya teníamos todo resuelto, ellos no entendían, entonces les dije que íbamos a pasar cerca de un Nahual hambriento, pero que el muchacho era la carnada. Creyeron que estaba bromeando, pero cuando el muchacho comenzó a correr suplicando ayuda entendieron que lo que les había dicho no era un chiste.
Todos vimos como el Nahual iba persiguiendo al muchacho, era una como un zorro gigante.

Entonces comencé a correr y todos me siguieron, el muchacho era rápido así que logró alejar mucho al Nahual, nadie volteó, solo escuchamos al chico gritar, el Nahual lo había alcanzado.

Solo estuvimos un día más en el desierto, logramos sobrevivir.

El desierto es peligroso, yo no le recomiendo a nadie que cruce por ahí, pero si están decididos, primero pregunten si van a cruzar la zona del Nahual.

 
Autor: Ramiro Contreras
Derechos Reservados

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