Sangre De Diablo Historia de Terror

Sangre De Diablo Historia de Terror

El presente relato fue compartido en su momento por un suscriptor quien por respeto se mantendrá su anonimato con el Nombre de Francisco Sangre De Diablo Historia de Terror, al día de hoy se encuentra en un hospital psiquiátrico debido a las situaciones por las que paso después de haberse encontrado con la Sangre de Diablo. Cabe señalar que con el permiso del Padre del Suscriptor y del Suscriptor, se comparten los hechos narrados, con ayuda de su Padre se relata lo que sucedió después debido a las incoherencias o situaciones contadas carentes de sentido. Francisco menciona que no puede estar donde haya oscuridad, debido a que aún puede percibir a quien se encuentra detrás de él solo cuando no hay luz.
Sin pre ángulos… Esta es la versión de los hechos de Francisco.
En verdad puedo sentir que me estoy volviendo loco, ya son varias veces que al verme al espejo inevitablemente tengo que mirar primero atrás de mí, hay alguien que me ha estado acompañando desde que tome una mala decisión. Y cuando menos me lo espero aquella persona se aparece, parada detrás de mí, sin decir nada, y al girar ya no la veo. Creo saber desde cuándo comenzó todo esto, y es que hay momentos de nuestra vida en la que una mala decisión nos puede llevar al borde de un cambio radical en nuestras vidas, hay momentos en lo que uno sabe lo que está haciendo, sin embargo, pueden presentarse momentos que pasan desapercibidos y que, sin darnos cuenta, ya no tenemos vuelta atrás.
Quiero contarte de algo que me paso un año atrás. Yo tenía todo, dinero, mujeres, un buen puesto en mi trabajo, nada me faltaba, pero por una burla del camino, toda mi realidad se modificó a causa de la Sangre de Diablo.
Vivo en la Ciudad de México, en vida había heredado por mi Padre una empresa, la cual me dejo muy bien acomodado, ganaba prácticamente lo que yo quería, tenía todo lo que quería para mí. Nada me podía faltar, mi trabajo consistía en atraer más clientes al negocio familiar y por ello me la pasaba viajando. Fue así que contacte con un cliente que se encontraba en el Estado de Tepic, por ello tendría que realizar un viaje bastante largo desde la Ciudad de México hasta Tepic, como recién había comprado mi auto quería estrenarlo y manejar todo lo posible por carretera, así que armado de valor y con varias bebidas energéticas que me había tomado me dispuse a viajar. Mantenerme despierto ya casi al final fue un reto, ya estaba cansado y era tarde cuando a pocos kilómetros antes del puente Sal si puedes comencé a cabecear, ya me sentía bastante exhausto que comencé a volantear un par de veces y a pestañear, busqué en su momento donde orillarme, pero pude ver que había un letrero que señalaba la salida hacia Plan de Barrancas, un muy pequeño municipio de Jalisco que se encuentra en lo más profundo de la Barranca. Pensé en ir a buscar alojamiento, o en su caso estacionarme y descansar, pero como era de esperarse, ya era bastante tarde y todo estaba oscuro, no había alumbrado en ese pueblo olvidado, y justo cuando ya me había hecho a la idea de estacionar el auto y dormir hasta recuperarme, vi algo que me llego a llamar mi atención, no muy lejos del pueblo a unos cientos metros después de la última casa, pude notar un fuerte resplandor, siendo que parecía ser la única casa con luz me dirigí con la esperanza de encontrar algún alma despierta. Tal fue mi suerte que se trataba de una cantina, no se veía ningún alma por fuera, pero se podía escuchar que por dentro había varias personas platicando, el auto lo estacione justo al lado de la cantina, me acerque a la puerta y me di cuenta de que estaba entre abierta, así que solo a empuje. Siendo honesto no me esperaba ver que hubiera tanta gente pues ya eran casi las 2 de la mañana y entre semana, uno que otro platicaba en voz muy baja, había otro que estaba tumbado sobre la mesa dormido, y en la barra estaba quien fuera el cantinero. Me acerque a él y pregunte por un lugar donde pudiera dormir, pero el hombre me comento que en Plan de barrancas no encontraría jamás un lugar así, lo que podía hacer era quedarme a descansar en la cantina. El cantinero me señalo una mesa, no tuve otra opción más que aceptar su propuesta, así que me acomodé y para aprovechar que me encontraba allí, pedí un tequila. No pude aguantar ni dos sorbos de lo que me dieron a tomar, me quejé con el cantinero, pues lo que me había dado a tomar parecía aguarrás y me había quemado la garganta.
– Discúlpeme buen hombre, usted comprenderá que aquí no hay mucho movimiento y no puedo darme el lujo de ofrecer bebidas conocidas- Se disculpó conmigo el cantinero, lo entendí bien, pero no quería quedarme con ese sabor en la boca, así que le pedí que me sirviera su mejor trago. Se quedó unos momentos en silencio y se dirigió rápidamente a prepararla.
Ya me estaba ganando el sueño cuando llego con una bebida en un caballito.
– Esto que ve aquí es la Sangre de Diablo, si se anima, la casa paga – Esto me dio un poco de gracia, la verdad no creía que me regalaran una bebida, la tome y justo antes de que la pusiera en mi boca, me detuvo el cantinero.
– Quiero advertirle que esto que tomara no es cualquier cosa, su vida cambiara por completo a cambio de un alma por la suya podrá beber lo que el diablo lleva en sus venas y probar lo que es un exquisita bebida. – La advertencia me pareció absurda y sin lógica, así que le agradecí la bebida y me la tomé completa de un solo sorbo. Al momento en que pasaba por mi boca sentí una sensación de ardor por todo mi cuerpo, no parecía ser tan líquida como se veía, pues al tomarla se podía sentir espesa y pesada, y al momento de tragarla mi cuerpo se agitó por un escalofrío que me sacudió por completo. Los vellos de mis brazos se erizaron, se me destapo por completo la nariz y me sentía ya con bastante energía. Vi el caballito vacío, y lo único que se me ocurrió fue pedir otro más.
No recuerdo la hora en la que deje de beber, lo último que recuerdo es que la gente no se iba de la cantina, al contrario, llegaban más y más personas. En el rincón en el que me había acomodado me había quedado profundamente dormido y al cabo de un rato un hombre me despertó bastante molesto, me pedía la mesa si no la ocuparía, me levante y salí de la cantina sin mirar detrás de mí, aún estaba oscuro, subí al carro y vi la hora en el tablero, ya eran las 5 AM. Decidí mover el auto y adentrarme unas cuadras al Pueblo, para que en cuanto amaneciera buscar algo de desayunar.
Sin darme cuenta me desperté a las 9 AM.
Aún mantenía el amargo sabor de la Sangre de Diablo en mi paladar, aunque me lo comencé a saborear nuevamente, sacaba la lengua para probar aquel sabor que se había quedado en mis labios.
Me dispuse a buscar entre las calles algún puesto de comida, pero no encontré nada, muy poca gente y de edad muy avanzada solo paseaba entre las calles o estaba sentada fuera de su casa tomando el sol, pero lo que me llamaba la atención es que muchos de ellos no me quitaban la vista de encima, parecía que jamás hubieran visto un auto por esos lados. Pare un momento a pedir indicaciones con una anciana que estaba regando sus plantas, ella se comportó bastante extraña al verme, no me decía nada de lo que yo le preguntaba, pero al ver mi Automóvil pareció que había visto al mismo Diablo y se metió rápidamente a su casa sin decirme nada…
– Vieja loca – Le dije en voz alta y mejor decidí regresar a la cantina y preguntar allí si podían decirme de algún sitio para comer. Pero cuál sería mi asombro que no pude encontrar la cantina por ningún lado, yo estaba bastante seguro de haber recorrido el mismo camino que en la noche, no podía equivocarme pues la cantina estaba ubicada a un lado de la única salida de Plan de Barrancas. Pasé varias veces por el mismo lugar, pero ya no di con ella. Incluso las marcas de las llantas de mi automóvil aún permanecían allí, donde lo había dejado estacionado cuando había llegado.
Ya exhausto de tanto buscar y de haberle dedicado mucho de mi tiempo valioso decidí mejor irme de una vez a Tepic, allá era seguro que encontraría algo de comer.
Pasadas un par de horas, ya había terminado la junta a la que tenía que asistir, me dispuse a buscar de un lugar donde asearme y descansar.
Llegue a un Hotel ubicado cerca el centro de Tepic, deje el auto estacionado justo en la entrada para apartar una habitación, fue aquí donde las cosas se comenzaron poner extrañas.
Pedí a la Recepcionista una habitación individual, pero fue ella quien me pregunto amablemente si la habitación la quería con una cama King Size o Camas separadas, esto me causo gracia pues yo venía solo, situación que le hice saber a la chica que me estaba atendiendo.
– Perdone señor, pensé que la persona que venía en su automóvil estaba con usted – Me desconcertó su comentario que rápidamente voltee a ver mi auto más no vi a nadie. Pensé que la recepcionista se había confundido.
Esa noche mientras me estaba bañando no podía dejar de tomar agua de la regadera, sentía una sed insaciable que me estaba quemando por dentro, todo esto se lo atribuía a la Sangre de Diablo. Podía ahora saborear un sabor amargo y metálico en mi boca, sé que sonara extraño pero aquel sabor, solo incrementaba mis ganas de tomar más de esa bebida. Me cepillé varias veces para quitarme ese sabor, pero no ayudo mucho. Me acosté, encendí el televisor y sin darme cuenta me quedé dormido en un instante.
No recuerdo que hora era, pero si sabía que ya era muy tarde, en la televisión ya no estaban pasando nada, solo se emitía la señal de emergencia del canal y la luz me molestaba, la apague en ese instante, y justo al momento de que el televisor se oscurecía pude ver el reflejo de alguien sentado en el sillón de al lado de la cama, voltee rápidamente, pero no se encontraba nadie. No supe si aún estaba dormido, todo fue muy rápido, en el reflejo de la televisión ya no se veía nadie sentado a mi lado. Me quede varios minutos sentado en la cama pensando en aquello que había visto, aún podía sentir la presencia de alguien más en el cuarto. Mi cuerpo lo podía sentir cansado y pesado, podía sentir un gran peso sobre mis hombros.
A la mañana siguiente, la sed que tenía ya era insoportable, no había logrado conciliar el sueño después de lo que había pasado con el televisor, y además toda la noche no deje de pensar en el sabor de aquella bebida. Podía sentir sobre mis hombros un terrible dolor, pareciera que hubiera cargado con algo toda la noche, me sentía molido y sin energías. Pensé que podría tratarse de una larga cruda por lo que había tomado.
El largo camino de regreso fue una verdadera tortura, con el intenso calor, y esa insaciable sed que sentía me hacía delirar, pues ya eran varias veces que de reojo veía que alguien venía sentado en mi asiento trasero. Se me volvió una manía mirar por el espejo retrovisor, que cuando desenfocaba mi mirada, veía que alguien se asomaba detrás de mí. Por fortuna llegué con bien, pero ya muy tarde, no podía manejar hasta mi casa así que decidí llegar con mis Padres.
– Necesito dormir, podrías prestarme una habitación – Le dije a mi Viejo cuando abrió la puerta, él me observaba muy confundido.
– Sí, claro que sí, pasen, están en su casa – Me dijo esto mi Viejo, más no le hice caso por su expresión, yo me sentía jodidamente cansado.
A partir de este punto el relato de lo que sucedió después ya proviene de las palabras del Padre, debido a que lo que relataba su hijo ya eran palabras sin sentido o una historia sin lógica, lo acontecido se acomodó del mejor modo para su entendimiento.
Me sorprendió haber visto a mi hijo a esas horas, se veía cansado y con pocas energías, cuando abrí la puerta me sorprendió haberlo visto no solo porque tenía bastante sin verlo, sino porque venía acompañado de una mujer. Ella no me saludo, simplemente paso de largo al momento en que mi hijo entro a la casa. Decidí no molestarlos, quizás había sido un viaje largo fue lo que pensé y que deberían descansar. Sin embargo, a la mañana siguiente no los escuchaba. Ya pasaba de medio día y ni uno de los dos salía de la habitación, fue cuando decidí ir a preguntarles si todo estaba en orden o si comerían algo, pero al llegar a la habitación no encontré a nadie. De hecho, creo que ni siquiera durmieron allí.
Quizás no me había dado cuenta y decidieron salir a cenar algo, pues al asomarme afuera de la casa ya no me encontré con el automóvil de mi hijo. Me sentí preocupado, no sabía si las cosas estaban bien, así que decidí marcar a su número de celular, pero este sonó en el cuarto, al parecer lo había olvidado allí. No tuve más que esperar a que regresaran. Más no paso así. Ya tarde por la noche recibí una llamada de parte de la Policía, a mi hijo lo tenían encerrado, y me pidieron que fuera rápidamente y si él estaba tomando un medicamento se los llevara, ya que no dejaba de alucinar mencionando que una mujer lo estaba torturando.
Llegué rápidamente a donde lo tenían preso, mi hijo se encontraba cubierto por unos cobertores, completamente desnudo, con arañazos en la espalda, tenía un olor penetrante y en su rostro se podía ver el terror de un hombre que ha sido atormentado por algo, sentí terror al verlo solamente. Me vio y antes de saludarme o darme un abrazo, me pidió que no se apagaran las luces pues ella estaba allí con él.
Le pregunte que sobre lo que había pasado, a donde se había metido y con quien, pero cuando le pregunte sobre quién era esa mujer que llego a la casa, su semblante cambio, sorprendido solo me pregunto… ¿Tú también ves a esa mujer?
Realmente lo que me contó no fue muy coherente, su historia me pareció en gran parte algo inventado, y como me la contaba no logre captar varias cosas, parecía confundido, desorientado del lugar donde estaba y lo que había pasado, así que trataré de explicárselas…
Francisco se metió al cuarto para dormir, sin quitarse los zapatos se arrojó sobre la cama y espero quedarse rápidamente dormido por lo exhausto que se encontraba, pero la voz de una mujer sonó por detrás de su cabeza. No le entendió lo que dijo al principio, pero si provoco que se exaltara, miraba hacia todos lados de la habitación, pero no veía a nadie, y nuevamente detrás de él pudo escuchar la voz de esa mujer decir lo siguiente: Tomate una más. En cuanto Francisco escucho esto, nuevamente sintió bastante sed, el sabor metálico de la boca se sentía más fuerte que antes, se daba la vuelta para ver de dónde venía esa voz pero no veía a nadie y fue allí que al ver al espejo pudo ver que detrás de él estaba una la silueta oscura que parecía ser la de una mujer mucho más alta que él, corrió a prender la luz, pero ya no la veía, le grito varias veces pidiendo que se muestre, pero lo único que provoco fue que algo le arañara la espalda desde su hombro derecho hasta el costado izquierdo. Francisco se dobló del dolor, estaba totalmente confundido. Vio el ventanal abierto y decidió escapar por él. Aún traía las llaves del automóvil con él, así que decidió huir rápidamente.
Me dijo que mientras manejaba sentía el ardor en su espalada por el arañazo que le habían hecho, podía sentir como la sangre se pegaba a la camisa, no sabía a donde huir, solo manejo sin rumbo, miraba constantemente hacia el retrovisor para asegurarse que aquella mujer no se encontraba detrás, pero en un pestañeo aquella mujer ya estaba sentada en el asiento trasero, encendió rápidamente la luz del automóvil y esa mujer desapareció. Sin darse cuenta llego a la Central de Autobuses, dejo el automóvil mal estacionado (no recuerda si dejo las llaves pegadas o se le cayeron, ya no las volvimos a encontrar), sin mirar atrás corrió hacia la central para pedir ayuda, fue cuando se dio cuenta de que no traía consigo su teléfono, vio a una persona que estaba llamando por celular y se lo pidió prestado, pero se lo negaron y a Francisco se le hizo fácil arrebatárselo. Trato de llamar a la casa, pero me dice que de lo asustado que se encontraba no recordaba bien el número, la espalda le dolía tanto que tuvo que sentarse en el piso y cuando menos se lo esperaba un par de Policías ya lo sostenían para sacar de allí. Él les pidió ayuda diciéndoles que había alguien que lo estaba persiguiendo, que alguien estaba detrás de él, pero los policías no le hacían caso, le quitaron el teléfono de la mano y lo tiraron al piso para inmovilizarlo, se quedó acostado sin poder moverse. Volvió a sentir esa sed insoportable en la garganta, el sabor a sangre en su boca se sentía más fuerte que otras veces. Cuando llego la patrulla para subirlo aprovecho el momento para quitárselos de encima y huir.
No sé por cuánto tiempo huyo, pues me contó que llego a esconderse entre las calles de la colonia más cercana, pero nada más llegaba a un lugar sin luz podía sentir que detrás de él aquella mujer le acariciaba la espalda donde le había arañado. Fue así que llego a un canal de aguas negras, aún sentía demasiada sed y no podía quitársela. Se quitó toda la ropa y se arrojó al canal.
Minutos después la policía por fin dio con él, se ocuparon varios policías para detenerlo, él gritaba pidiendo auxilio, los policías me contaron que Francisco gritaba que no apagaran las luces, que había una mujer allí y que lo estaba viendo.
El doctor que lo comenzó a ver nos dio su Diagnóstico, mencionando que Francisco presentaba rasgos de Esquizofrenia Paranoide, y que algo lo había desencadenado, siendo muy honesto pensé que esto había aparecido por la forma de vida que llevaba mi hijo, no dormía bien y bebía mucho, lo que más me llama la atención es que en casa, mientras él ya se encuentra en el Sanatorio, aún puedo escuchar ruidos, y cuando me acerco a investigar puedo escuchar la voz de una mujer diciendo: Tomate una más.
Notas Finales del Autor
Hoy en día, Francisco ya se encuentra más estable, sin embargo, aún en el Sanatorio, puede tener contacto con las personas como cualquier otro, se encuentra medicado y procura siempre están en lugares con bastante luz, duerme por las noches con la luz encendida, pues menciona que mientras no haya luz aquella mujer aparece y la sed vuelve a ser insaciable. Francisco aún tiene mucha sed.
 
Relato escrito y adaptado por Lengua De Brujo
 
 
Autor: Lengua De Brujo
Derechos Reservados

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